Las nuevas madres sufren más
trastornos
obsesivos-compulsivos
Una nueva madre puede preocuparse continuamente y comprobar si su bebé sigue respirando o centrarse en la
esterilización de sus biberones y chupetes por miedo a que los gérmenes dañen
al recién nacido, síntomas que son generalmente temporales y pueden deberse a
cambios hormonales o ser una respuesta adaptativa a cuidar al niño, pero si las
compulsiones interfieren con el funcionamiento normal diario de una madre puede
indicar un trastorno psicológico.
Un nuevo estudio de la
Universidad norteamericana de Northwestern ha detectado que las mujeres que han
dado a luz tienen una tasa mucho más alta de síntomas obsesivo-compulsivos que
la población general. La investigación, que se publicará en la edición de
marzo/abril de 'Journal of Reproductive Medicine, concluye que un 11 por ciento
de las mujeres entre las dos semanas y seis meses después del parto se enfrenta
a graves síntomas obsesivo-compulsivos en comparación con un tasa del 2 al 3
por ciento en la población general.
"Puede ser que
ciertos tipos de obsesiones y compulsiones sean adaptables y apropiadas para
una nueva madre, por ejemplo, los de la limpieza y la higiene --explica la
autora principal del estudio, Dana Gossett, profesora jefe y asistente de
Obstetricia y Ginecología en la Facultad de Medicina Feinberg de la Universidad
de Northwestern y médico del 'Northwestern Memorial Hospital'--. Pero cuando
interfiere con el normal funcionamiento del día a día y la atención adecuada
para el bebé y el padre, se convierte en mala adaptación y patológico".
Los
recuerdos de Gossett y sus colegas acercad de sus obsesivos e inquietantes
pensamientos después de dar a luz les llevaron a investigar si la experiencia
era universal. "Una compulsión es una respuesta a los pensamientos
obsesivos, comportamiento ritualista que alivia la ansiedad temporal, pero que
no racionalmente puede prevenir que ocurra la obsesión", explica Emily
Miller, autora principal del estudio e investigadora clínico en Medicina Materno
Fetal en Feinberg .
El trastorno obsesivo-compulsivo (TOC)
puede ser provocado por el estrés, por lo que situaciones de estrés, como el
embarazo y el periodo posparto, pueden exacerbar o predisponer a las mujeres a
padecerlo. Las pensamientos más frecuentes de las mujeres en el estudio fueron
la preocupación por la suciedad o los gérmenes seguidos por compulsiones para
comprobar que no se "equivocan", dijo Miller, quien añadió que
algunas informaron de pensamientos temerosos de que podían dañar al bebé, algo
que puede ser "emocionalmente doloroso".
Los
investigadores debían determinar qué comportamiento es normal y cuál es
patológico, dijo Gossett. Las mujeres del estudio fueron reclutadas durante su
hospitalización en el Northwestern Memorial y completaron unas pruebas de
detección de la ansiedad, la depresión y el TOC dos semanas y seis meses
después de volver a casa, 461 rellenaron las encuestas a las dos semanas y 329
del grupo original en seis meses.
RIESGO HASTA UN AÑO TRAS EL PARTO
Los síntomas de las mujeres fueron
autodefinidos, pero no recibieron un diagnóstico clínico de un psicólogo.
Alrededor del 50 por ciento de las mujeres informaron de una mejora en sus
síntomas a los seis meses, pero en ese momento otras desarrollaron síntomas que
no habían experimentado en menos dos semanas. "Si esos síntomas se
desarrollan mucho más tarde después del parto son menos propensos a ser
hormonales o adaptables", afirmó Gossett, quien señaló que el riesgo para
los trastornos psicológicos persiste hasta un año después del parto.
Alrededor
del 70 por ciento de las mujeres que dieron positivo para el trastorno
obsesivo-compulsivo también se les detectó depresión. Esa superposición y el
subconjunto único de las obsesiones y compulsiones pueden indicar que el TOC
postparto representa una enfermedad mental distinta a la depresión postparto
que no está bien clasificada, según Miller.
"Existe cierto
debate sobre si la depresión posparto es más que un episodio depresivo mayor
que ocurre después del nacimiento o una enfermedad propia con sus
características propias", subrayó Miller. En este sentido, destacó que
este estudio apoya la idea de que puede ser una enfermedad propia con síntomas
de ansiedad y trastorno obsesivo-compulsivo de lo que sería típico de un episodio
depresivo mayor.
(EUROPA
PRESS) -
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