Si sobre algún tema se han vertido ríos
de tinta es sobre la autoestima o para
ser más precisos, amarse a uno mismo. Y como suele suceder, de tanto hablar de
ello va perdiendo fuerza, interés, significado y acaba siendo una
frase de esas huecas que se pueden usar en casi cualquier contexto sin
demasiado problema. Y sin casi ningún impacto real, obviamente.
Y amarse es importante pues como dijo Irene Orce: No hay amor suficiente capaz de llenar el vacío de
una persona que no se ama a sí misma.
Porque amarse a uno mismo no es algo
sencillo ni banal. Es algo que requiere un trabajo interior si queremos llegar
a algún punto realmente interesante.
Ya que confundimos el amarse a
uno mismo con amar la propia máscara. Y son cosas diferentes. Cuando amamos la máscara o el personaje, estamos tratando de
defender, a veces con arrogancia, la imagen que de
manera inconsciente hemos creado para que los demás
nos acepten. Ese personaje que poco a poco hemos ido fabricando desde
niños y que muchas veces confundimos con nosotros mismos.
Estamos ignorando o escondiendo las
sombras y amando sólo esa imagen de “luz”. Pero ese no es un amor auténtico,
requiere de esfuerzo constante por seguir renovando ese ego social que hemos
construido. No es un amor que mire de verdad en nuestro interior.
El amor auténtico hacia uno mismo pasa
por amar la totalidad, incluso la parte que ocultamos o no enseñamos. Pero para eso, lo primero que
hay que hacer es conocerse, sin juicios de valor, sin esto es
bueno y esto es malo. Saber de verdad quien somos, sin tapujos ni adornos.
Aprender a verse tal como uno es y a conectar con los verdaderos deseos.
Aquellos que son nuestros, que no parten de lo que piensen los
demás ni lo que nos contaron de niños. Que son deseos profundos de nuestro ser,
que nos conectan con quién somos de verdad y qué queremos. Incluso si eso que
queremos no corresponde a la imagen que socialmente se espera de nosotros.
Si no lo haces así, te puedes encontrar,
como mucha gente, persiguiendo una vida que no es la tuya.
Yendo a un curso de Cómo conseguir el
éxito, siguiendo los consejos del mismo, trabajando mucho y una vez
obtenido el resultado, dándote cuenta de que te sientes igual de insatisfecho.
Porque eso que te han vendido es el deseo de otro, no el tuyo
propio, aunque te hayan hecho creer que eso era lo que
necesitabas para ser feliz.
Poca gente se conoce que en los últimos
momentos de su vida se hayan lamentado de no haber trabajado más o no haber tenido
más éxito. Quizás porque en esos momentos entras en contacto con lo que de verdad
importa y te das cuenta de que no era ser exitoso.
Por eso, no tengas miedo
de iniciar un camino de autoconocimiento que te lleve a conocerte
para después poder aceptarte de manera incondicional y amarte plenamente.
Porque de hecho ya te amas, si no,
no estarías aquí. El problema es que no has aprendido a hacerlo de un modo que
te sientas satisfecho, te has puesto demasiados condicionantes.
Así que abrázate a ti mismo, con el
corazón, plenamente. Suelta lo que no es tuyo. Acéptate como eres.
Y vive. Así, en los últimos momentos, no
tendrás que arrepentirte de haber vivido una vida que no era la tuya.
¿Te amas a ti mismo?
mertxepasamontes
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