La mía es "caída libre" cual es la tuya???
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miércoles, 27 de febrero de 2013
Un estudio alerta sobre la relación entre descansar mal, la diabetes y la obesidad.
Dormir menos de 6
horas es «dramático
para el organismo»
Un estudio alerta sobre la relación entre
descansar mal, la diabetes y la obesidad.
A. LAGO
Redacción / La Voz 27 de febrero de 2013 08:00
La diabetes, la obesidad y las jaquecas crónicas son algunas de las consecuencias de dormir menos de seis horas diarias, según un estudio realizado por la Universidad de Surrey, publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences (difusión en el Reino Unido la BBC).
La conclusión no puede ser más categórica: después de provocarle falta de sueño a un grupo de personas y comparar sus análisis de sangre con los de otras a las que se dejó descansar diez horas diarias, «dormir mal afecta de una forma dramática al organismo», con una «alteración evidente en más de setecientos genes».
El reloj biológico se vio alterado con claridad en el grupo de los que durmieron menos de seis horas. Colin Smith, uno de los responsables del trabajo explica que «se observa un cambio radical en la actividad de varios tipos de genes y que eso afecta al sistema inmune y a la reacción del cuerpo ante el dolor o el estrés».
Agrega que el sueño es «fundamental para revitalizar el organismo y mantenerlo en un estado funcional». Lo contrario supone exponerse «a daños de todo tipo», pues «si no conseguimos reponer y remplazar las células nuevas», estaremos abocados a «diversas enfermedades degenerativas».
Akhilesh Reddy, especialista de la Universidad de Cambridge en reloj biológico, valoró el estudio de Surrey especialmente por «los efectos sobre el sistema inmune» y el vínculo establecido «entre la falta de sueño y algunos problemas de salud, como la diabetes».
COMUNICACIÓN PADRE-HIJOS
Las palabras de aprecio (lenguaje nº 1) brotan fácilmente cuando el niño es muy pequeño y día a día nos maravilla con sus avances. Pero la comunicación entre un adulto y un niño puede empobrecerse rápidamente y de forma radical a poco que nos descuidemos.
- ¿Has hecho nuevos amigos?
- ¿Son simpáticos?
- Pronto llegan las vacaciones. ¿Estás contento?
- ¿Sigues jugando al fútbol?
Verá que el niño no se pierde una palabra de las "aventuras" que usted le cuenta y, muy probablemente, cuando usted termine su relato, su hijo se pondrá espontáneamente a hablar de cosas que son importantes para él, sin que usted tenga que tirarle de la lengua.
En cuanto al tiempo de calidad (lenguaje nº 2), puede consistir en participar en algún juego que al niño le guste especialmente, incluso simplemente en salir a hacer algo con él. Pero la forma más eficaz es dedicarle un poco de tiempo (y de reflexión) y hacerle descubrir algo importante de su vida, por ejemplo, de su trabajo.
Hay demasiados niños que no saben en qué consiste realmente la profesión de sus padres. No obstante, aun cuando su actividad sea particularmente difícil de entender para un niño (director de proyectos de marketing, por ejemplo), reflexione y se dará cuenta de que hay muchas pequeñas tareas que usted realiza como parte de su trabajo y que un niño puede comprender perfectamente. Tomarse el tiempo de introducir a un niño en esta parte de su vida es una manera fantástica de ayudarle a crecer.
Las palabras de aprecio (lenguaje nº 1) brotan fácilmente cuando el niño es muy pequeño y día a día nos maravilla con sus avances. Pero la comunicación entre un adulto y un niño puede empobrecerse rápidamente y de forma radical a poco que nos descuidemos.
¿Le suena este diálogo con su hijo?
NIÑO:Bien
- ¿Te gusta tu profesor de este año?
- ¿Te gusta tu profesor de este año?
NIÑO: No está mal.
- ¿Has hecho nuevos amigos?
NIÑO: Sí
- ¿Son simpáticos?
NIÑO: ¡Sí!
- Pronto llegan las vacaciones. ¿Estás contento?
NIÑO: ¡Pues sí!
- ¿Sigues jugando al fútbol?
NIÑO: Sí
-----------------------------------------
Esta manera de
"comunicarse" con su hijo obviamente es catastrófica a largo plazo, ya que se trata de una falsa comunicación. El niño no descubre ni aprende nada, ni el adulto tampoco. No hay
intercambio, no hay enriquecimiento mutuo, no se transmite ninguna emoción. No
hay una comunicación que vaya construyendo la relación.
Una manera
mucho más
eficaz
para
iniciar una conversación con un niño, incluso si es muy pequeño, es compartiendo de forma sencilla, y por
supuesto con sensibilidad, cosas interesantes de su propia vida.
Ejemplo: ----“Hola Antonio/Ana, ¿qué tal te
ha ido el día? Yo he llegado tarde al trabajo
esta mañana porque había un accidente terrible en la carretera (bla, bla, bla...)”. “En la oficina, me
llamó un cliente que estaba furioso: le habían entregado una planta tropical en
vez de un taladro eléctrico (bla, bla,
bla...)”.
Verá que el niño no se pierde una palabra de las "aventuras" que usted le cuenta y, muy probablemente, cuando usted termine su relato, su hijo se pondrá espontáneamente a hablar de cosas que son importantes para él, sin que usted tenga que tirarle de la lengua.
En cuanto al tiempo de calidad (lenguaje nº 2), puede consistir en participar en algún juego que al niño le guste especialmente, incluso simplemente en salir a hacer algo con él. Pero la forma más eficaz es dedicarle un poco de tiempo (y de reflexión) y hacerle descubrir algo importante de su vida, por ejemplo, de su trabajo.
Hay demasiados niños que no saben en qué consiste realmente la profesión de sus padres. No obstante, aun cuando su actividad sea particularmente difícil de entender para un niño (director de proyectos de marketing, por ejemplo), reflexione y se dará cuenta de que hay muchas pequeñas tareas que usted realiza como parte de su trabajo y que un niño puede comprender perfectamente. Tomarse el tiempo de introducir a un niño en esta parte de su vida es una manera fantástica de ayudarle a crecer.
Cándida Rodríguez Ferro. febrero 2013
lunes, 25 de febrero de 2013
control
Son nuestros pensamientos, nuestras conductas y las consecuencias de éstas, las que originan y mantienen los conflictos. Cambiar cómo pensamos es un camino eficaz y práctico para cambiar cómo nos sentimos.
A.Parejo.
febrero 2013
jueves, 21 de febrero de 2013
PADRES E HIJOS / FAMILIA
Permiso de lactancia también para ellos
No es necesario que los dos progenitores trabajen para disfrutar del derecho
La resolución del Ministerio de Hacienda que ha concedido a un funcionario disfrutar del permiso de lactancia, aunque su mujer no trabaje, supone un avance más hacia la conciliación. Hasta ahora, el periodo de lactancia era un derecho al que podían acogerse indistintamente el padre o la madre siempre que ambos trabajaran. «Es decir, el hecho de que los dos progenitores trabajen se entendía como un requisito para que el padre pueda hacer uso de ese permiso. Lo que viene a decir esta nueva resolución es que si uno no trabaja, el que sí lo hace puede disfrutar del periodo de lactancia igualmente», explica Ana Sanz Rojas, especialista en Derecho Laboral y socia de ABA Abogadas.
Y es que, según apunta esta letrada, incluso en la doctrina jurídica algo está cambiando en favor de la conciliación. «El permiso de lactancia —dice— se comienza a ver como un tiempo para el cuidado de los hijos, y no exclusivamente para dar el pecho o el biberón al pequeño».
De hecho, la resolución de Hacienda está en sintonía con otra que ya dictó el Tribunal de Justicia de la Unión Europea en 2010. En esa ocasión, se oponía a medidas nacionales que «prevén que las mujeres, madres de un niño y que tengan la condición de trabajadoras por cuenta ajena, pueden disfrutar de un permiso (de lactancia) en tanto que los hombres, padres de un niño y que tengan la condición de trabajadores por cuenta ajena, sólo pueden disfrutar del citado permiso cuando la madre de ese niño también tiene la condición de trabajadora por cuenta ajena». Según Sanz, el tribunal europeo «desvincula el periodo de lactancia del hecho biológico de dar el pecho, porque hoy día la lactancia natural se puede sustituir por un biberón de leche artificial».
Regulación española
En España, el periodo de lactancia está regulado en el artículo 37.4 del Estatuto de los Trabajadores. Hasta que el bebé cumple nueve meses, el padre o la madre, indistintamente, tienen derecho a una hora de ausencia del trabajo, que podrán dividir en dos fracciones, pero que nunca pueden disfrutar de forma simultánea. O bien pueden reducirse media hora al final o principio de la jornada laboral o acumular las horas de lactancia en jornadas completas si lo permite el convenio colectivo o el trabajador lo negocia con la empresa. Eso significa «entre 13 y 15 días, que normalmente la madre se une a la baja por maternidad», apunta Sanz.
Para hacer uso de este derecho, el trabajador tiene que avisar por escrito a la empresa con 15 días de antelación y «concretar la forma y el horario que elige —dice Sanz—. La empresa no se puede negar».
En el caso de los empleados públicos ese permiso se extiende hasta que el niño cumple un año de edad.
ABC.es - M. J. PÉREZ-BARCO
Día 20/02/2013 - 01.50h
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