El 31 de marzo empezó oficialmente el horario de verano, de modo
que la madrugada del sábado los relojes se adelantaron una
hora: de las 02:00 a las 03:00. Pero, ¿afecta el cambio de hora a la salud?
Como un jet lag
Diversos
estudios especifican que el cambio de hora de primavera puede ser más notorio que el de otoño, en el que
se retrasa una hora. Este cambio suele ser comparado con el efecto que causa en
el jet lag, organismo el jet lag, cuando realizamos cambios
de horarios bruscos, en los que nuestro cuerpo puede sufrir perturbaciones en
los ciclos biológicos.
Efectos en nuestra salud
Malestar
general, cambios de humor y de ánimo e incluso trastornos digestivos. Estos son
los principales efectos del cambio de hora en primavera. Un estudio publicado en el 2008 encontró un nexo
de unión entre el cambio de hora y el incremento en los infartos de miocardio
en los tres días posteriores al cambio. Las personas que refieren cambio en sus
patrones de sueño-vigilia y alteraciones transitorias en su bienestar pueden
sufrir irritabilidad, cefaleas o incluso dificultades para mantener la atención
y la concentración.
¿Cuánto tiempo necesita nuestro organismo para adaptarse?
Las
funciones de nuestros órganos más importantes dependen de la secreción de
varias hormonas que varían en base a los denominados ciclos circadianos
«alrededor del día», estableciéndose dos etapas: el del día y la noche, la
vigilia y el sueño. Nuestro cuerpo puede tardar entre tres y cuatro días en
adaptarse al nuevo horario.
¿Quiénes son los más afectados?
Los más
afectados suelen ser las personas con problemas neurológicos (migrañas,
trastorno bipolar...) ya que se pueden ver agudizados los síntomas. Los niños
se adaptan con mayor facilidad, no obstante, la modificación en los horarios de
las comidas puede producir un aumento de la secreción del jugo gástrico y del
apetito por la noche.
¿Qué beneficios tiene?
El cambio
de hora al horario de verano proporciona más horas de luz y por lo tanto más
tiempo para poder ejercitarse al aire libre. El incremento también permite una
mayor exposición al sol lo que dispara la síntesis de vitamina D. El buen
tiempo y los largos días de sol posibilitarán que los sistemas periféricos se
sincronicen de manera más natural con el medio ambiente.
¿Por qué se cambia un domingo?
La
elección del domingo como día para el cambio de hora se eligió por dos motivos: generar el menor impacto negativo
posible en los servicios de transporte y también por salud. El riesgo de sufrir
un ataque al corazón no aumenta el domingo, pero sí lo hace el lunes, en el que
la rutina varía y por lo tanto, aumenta el peligro.
¿Qué podemos hacer para acostumbrándonos?
Unos
simples cambios de hábitos en nuestro día a día puede facilitar que el cambio de hora no suponga ninguna crisis en nuestro organismo. Madrugar un
poco el sábado y domingo para que a nuestro cuerpo no le cueste tanto hacerlo
el lunes o hacer algo de ejercicio durante el fin de semana pueden ser algunos
ejemplos.
La Voz de Galicia
30-03-13
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