martes, 31 de diciembre de 2013

PROMESAS PARA EL AÑO NUEVO



Cada comienzo de año, las promesas siguen y siguen produciéndose, pero los hechos no llegan a cumplirse, o SI?

¿Ya has hecho tus promesas para el año 2014?

He prometido que lo haré… y como sucede siempre, tendré que trabajar para alcanzarlas, requerirán tiempo, dedicación y sobre todo perseverancia. 

 
  • “En enero comienzo la dieta”.
  • “Este año dejaré de fumar/beber”
  • “Ahora sí voy a terminar ese curso de inglés”
  • “Voy a llevar todas mis cuentas en un libro para no gastar tanto en tonterías”.
  • “Este año sí conseguiré ahorrar.”
  • “Voy a aprender a tocar la guitarra que me regalaron hace años”
  • “Me voy a inscribir en el gimnasio y esta vez sí iré sin falta”
  • “Voy a disminuir las horas que paso frente al ordenador”
  •  “voy a…….,,,, 

Año nuevo, vida nueva. Esa es la tónica general, todo el mundo hace muchas
promesas, sobre todo las primeras horas, luego otro gallo cantará. Y es que el ímpetu en los primeros días del año es algo tradicional, imparable (durante algunas horas), y sobre todo, recomendable, ya que siempre pensamos en cómo mejorar nuestra calidad de vida y el paso a actividades más saludables.
Vamos a intentar que estas magníficas promesas se cumplan….
Algunas de las promesas más coincidentes pueden ser la siguientes:
Hacer más deporte.
Sí, todos los años igual, y es que quizás sea la promesa que más se repite cada nuevo año, e incluso para mucha gente, cada mes, semana o para el día siguiente.
Primero tenemos que tener en cuenta una cosa antes de nada, y es que ir 3 días al gimnasio o correr 20 minutos no es la solución definitiva para perder el peso cogido durante las fiestas navideñas o durante varios meses sin hacer nada. Si definitivamente nos queremos poner en forma, hay varias opciones:
Apuntarnos al gimnasio: es la opción quizás más usada, todos vemos cómo se llenan los gimnasios de gente con más o menos motivación, y es que tenemos que tener en cuenta algo que afecta a nuestro bolsillo, para no ir al cabo de unos días, pues mejor no apuntarse y optar por otras opciones.
Como pros para escoger esta opción está sobre todo que tenemos monitores que nos pueden indicar qué ejercicios hacer y cómo realizarlos, además de tener la pequeña ventaja de que en esta época del año, apetece más estar en un sitio más caliente.
Como contras está el precio del abono y que nunca es reembolsable si nos quitamos antes de acabar el tiempo que tenemos contratado.
Salir a hacer ejercicio al aire libre: sin duda es la opción más barata, y es que todos los años se llenan calles, parques, carreteras y caminos de personas haciendo un poco de deporte, dependiendo de la edad comprende entre andar, correr
o montar en bicicleta, pero también existen parques públicos en los que hay zonas para que las personas de mayor edad sigan haciendo ejercicio. Se trata de zonas habilitadas en ciertos parques en los que existen aparatos para ejercitar distintos músculos. Estos sitios, aunque estén pensados para personas mayores, los puede utilizar todo el mundo, dependiendo de la edad.
Mejorar la alimentación

Otro de los clásicos es la mejora de la alimentación, ya que actualmente, y los datos lo demuestran, la alimentación empeora y el sobrepeso aumenta a grandes pasos en España. Como pequeños actos para incentivar este tipo de alimentación está por ejemplo el empezar a hacerse zumos naturales, que nos recompensará con un mucho mejor sabor que los concentrados, cambiar las típicas patatas fritas por una ensalada variada, agregar hierbas frescas como perejil o tomillo a platos como pasta, le dan mucho mejor gusto.
Estos consejos fomentan una alimentación más sana, ya que si pasamos directamente de nuestras comidas habituales a comidas poco calóricas o menos sanas, a comer fruta, verduras, pescados y carnes a la plancha, nos puede hacer perder la fuerza moral en poco tiempo a ser demasiado importante el “shock” entre unas comidas y otras, por eso se aconseja un paso paulatino.
Otras promesas

Entre otras promesas se encuentran las famosas dejar de fumar o aprender inglés. En lo referente al deporte, el dejar de fumar es el más relacionado, y es que son bien conocidos los horrores de este vicio. Entre ellos está la pérdida de la capacidad pulmonar, los efectos nocivos para el sistema inmunitario tales como el incentivo de provocar un cáncer pulmonar o de generar enfermedades cardíacas entre otras muchas dolencias, y ya ni que decir tiene del daño al bolsillo. Son motivos más que importantes para, al menos, intentarlo. Y es que aquí, lo que más valor tiene es la misma fuerza de voluntad, aunque también existen numerosas ayudas en forma de libros, parches de nicotina u otros métodos más desconocidos.

Este año es el año, es el momento que hay que intentarlo de verdad, y os animo a conseguir vuestros objetivos, y os aconsejo que nunca es tarde para empezar, no hace falta que sea día 1 de enero para comenzar a completar las promesas, siempre hay que pensar en mejorar y en nada que se consiga, veréis cómo la propia mejora os incentiva.
Con mis mejores deseos para este año 2014 y de que todos y cada uno de vuestros propósitos de hagan realidad!!!
















Sportadictos. José Enrique Vacas

viernes, 13 de diciembre de 2013

Ayudar a un amigo o familiar con depresión


Importante: No debemos alimentar sus quejas o fomentar discursos negativos.



La depresión
Es uno de los trastornos psicológicos más limitantes y de mayor incidencia en la población occidental. Una de cada cinco personas sufrirá una depresión a lo largo de su vida.
Sus causas son muy variadas, y hoy en día se cuenta con tratamientos bastante eficaces. Como en casi todo trastorno, existen unos factores personales y de estilo de vida que favorecen su aparición, por lo que podemos trabajar en su prevención.
¿Cómo ayudar?
Si queremos ayudar a alguien con depresión lo primero es, comprender a la otra persona.
«En psicología utilizamos la palabra empatizar, que significa ponerse en el lugar del otro, poder mirar el mundo desde los ojos de la otra persona.
Las personas con una mayor capacidad de empatía son las que mejor saben "leer" a los demás. Son capaces de captar una gran cantidad de información sobre la otra persona a partir de su lenguaje no verbal, sus palabras, el tono de su voz, su postura, su expresión facial, etc. Y en base a esa información, pueden saber lo que está pasando dentro de ellas, lo que están sintiendo. Además, dado que los sentimientos y emociones son a menudo un reflejo del pensamiento, son capaces de deducir también lo que esa persona puede estar pensando.
Ello nos ayuda a tener una mayor sensibilidad hacia el deprimido y poder dirigirnos a él, con el respeto y la amabilidad necesaria para que nuestra compañía resulte agradable y, por tanto, se muestre receptivo a nuestras posibles sugerencias», explica. Otra cuestión muy importante es «reconocer que no somos terapeutas profesionales y que, por tanto, no ostentamos un papel decisivo en su recuperación. Aceptar este hecho nos puede ayudar para no frustranos más de lo necesario».
En ocasiones los familiares cercanos se irritan con la persona deprimida porque no responde a sus expectativas, «estos enfados suelen agravar los sentimientos de menosprecio y de culpabilidad del deprimido. Es importante asumir que es complicado remontar una depresión y que ello no es debido a la falta de voluntad del deprimido, sino a la propia depresión que, entre otras cosas, anula la voluntad de la persona».
No obstante, esto no implica que debamos complacer en todo a la persona deprimida. «No es bueno alimentar sus quejas o fomentar discursos negativos». Es más, «frente a ello, convendría que retiráramos nuestra atención de manera que no premiáramos con nuestra escucha su visión negativa de las cosas».
«También podemos desviar sutilmente la conversación hacia otros temas».
¿Cómo? «Podemos emplear frases del tipo: "No creo que sea bueno para ti conversar sobre temas que te producen malestar", o "entiendo que en tu situación veas todo tan negativo pero creo que no es bueno que yo lo alimente, así que si te parece podemos hablar de otros temas, por ejemplo... un centro de belleza que han abierto a la vuelta de la esquina. Podríamos pasar por allí, ¿crees que te gustaría?"». En este sentido, y siempre de manera tranquila, «podemos dar una visión más serena y realista sobre las circunstancias que le preocupan. «Pero tendremos que intentar que no sea vivido como un reproche hacia ellos, así como evitar la confrontación».
Es bueno que contribuyamos a que la persona realice actividades, especialmente gratificantes. «Eso sí, teniendo en cuenta que la persona deprimida no está en buena disposición para llevar a cabo actividades, conviene que nuestras peticiones o sugerencias no suenen a imposición».


Es muy importante, puesto que los procesos son lentos, reforzar pequeñas mejorías. «Por ejemplo, si observamos que ha pasado una tarde sin las quejas habituales, o que ha hecho el esfuerzo de arreglarse un día, podemos hacer un comentario positivo, darle un beso, llevarle flores... en definitiva, mostrar nuestra satisfacción de manera que la persona lo aprecie».
«Hacer sentir bien a la persona deprimida, cuando ha mostrado alguna pequeña mejoría es la mejor forma de recompensar sus esfuerzos y contribuir a mantenerlos».
Tener en cuenta!!

Apoyo y protección
El ayudar a una persona deprimida significa gastar energía propia y puede llegar a ser algo muy desgastante.
Por tanto es muy importante protegerse a si mismo. La persona deprimida tiende a apropiarse de la actitud positiva del que la consuela, y eso hace que esa persona se desgaste psíquicamente.
Es muy importante aprender a protegerse de ese contagio. Hay que escuchar la persona deprimida pero no retener ninguno de los pensamientos negativos en la mente.

Fortalecerse emocionalmente

Lo más importante es fortalecerse emocionalmente y no dudar de la capacidad de escuchar
para poder ayudar a la persona.
Esta persona podría utilizar al que lo aconseja como su chivo expiatorio.
Si esta persona sabe que el que lo está escuchando establecerá límites de protección, la persona deprimida se sentirá más responsable para ayudarse a el mismo.

Ayudar a una persona deprimida es algo muy agotador a nivel moral y psíquico.








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lunes, 25 de noviembre de 2013

Nuestras metas


Esclavos de nuestras metas.

Cuando los objetivos nos atrapan.

 ¿Dueño o esclavo?…¿Te dejas llevar o estás al mando? ….¿Reaccionas o inicias?…. ¿Te mandan o mandas tú?….


¿Te has hecho alguna vez estas preguntas? Yo creo que todos nos hemos hecho estas preguntas en algún momento de nuestras vidas, especialmente cuando las circunstancias que se nos presentan no nos parecen las mas adecuadas y sentimos que “todo va mal”… o que las cosas no marchan como debieran… Y mi pregunta es…¿Que te sueles contestar? 
¿Has tomado realmente la riendas de tu vida y conduces en quinta velocidad hacia tus metas y objetivos?….
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Tu puedes elegir tener un comportamiento reactivo o bien elegir ser proactivo... en el primer caso estarás esperando a que las cosas sucedan para entonces gestionarlas…. pero…¿y si ya no estás a tiempo o no has tenido ocasión de preparar tus recursos?… En el segundo caso te adelantarás para hacer que las cosas sucedan…pondrás en marcha todos tus recursos y mecanismos para lograr que tus sueños y tus metas se cumplan. ¿cual de las 2 opciones prefieres?

 Plantearse objetivos es un arte que no todos dominan.
Hay quienes se plantean objetivos inalcanzables y estos terminan consumiendo todas sus
fuerzas y energías, hay otros que establecen metas muy por debajo de sus potencialidades y jamás llegan a explorar el verdadero alcance de sus capacidades. Sin embargo, una vez que hemos descubierto cuáles son los objetivos adecuados, también corremos el riesgo de vernos arrastrados por ellos.
¿Qué quiero decir?
Pongamos el ejemplo hipotético de un buen corredor. Él sabe que tiene las habilidades necesarias para participar en las Olimpiadas e incluso para ganar una medalla. Entonces se plantea el objetivo de clasificarse en los juegos y ganar. Para ello establece un plan de acción que consiste en entrenar todos los días.
Hasta aquí todo está bien pero esta persona podría obsesionarse con su objetivo. Es decir, su día a día gira exclusivamente en torno a este objetivo, no es capaz de relajarse ni de disfrutar nada más que no sea el entrenamiento. En estos casos, es como si su vida estuviese en stand by y, aunque su objetivo es realista y tiene grandes probabilidades de conseguirlo, sería interesante preguntarse si el costo emocional que tiene que pagar por ello realmente vale la pena.

En realidad, no es difícil convertirnos en víctimas de nuestros propios objetivos porque a menudo estos nos resultan tan motivantes que actúan como si fuesen una luz que nos enceguece y no nos permite ver lo que hay a nuestro alrededor. 
Es perfectamente comprensible que luchemos por alcanzar un objetivo, sobre todo si sabemos que tenemos las capacidades para lograrlo, pero supeditar toda nuestra vida a este no es saludable. Afortunadamente, existe una manera para plantearse objetivos pero no convertirnos en sus esclavos.
1. Valora los pros y los contras. Hay objetivos que, a primera vista, nos pueden parecer muy prometedores pero  cuando los analizamos desde una perspectiva más objetiva, podemos darnos cuenta de que exigen un gran esfuerzo, tiempo y dedicación. Pregúntate si los beneficios que obtendrás realmente valen la inversión de energía. Cuando hagas el análisis, recuerda que la única cosa preciosa que tienes y que nada ni nadie podrá devolverte es tu tiempo. Por tanto, decide sabiamente cómo gastarlo.
2. No te dejes engañar por la promesa de felicidad. Numerosos estudios han demostrado que tenemos una visión distorsionada de la satisfacción que pueden reportarnos las experiencias positivas.
Es decir, casi siemprepensamos que cuando alcancemos una meta seremos más felices de lo que finalmente experimentamos. Sin embargo, recuerda que lo que cuenta no es la meta sino el camino.
3. Elige el camino correcto. Hay muchas maneras de alcanzar un mismo objetivo, elige la vía menos traumática, aunque sea un camino más largo. Si llegas demasiado cansado a la meta, no tendrás ganas ni fuerzas para disfrutar de la victoria. Antes de plantearte el camino a seguir, es conveniente que te imagines recorriendo esa vía al cabo de dos o cinco años. ¿Cómo te ves? Si te ves agotado y solo, sería conveniente que te replanteases las tareas que te has propuesto para conseguir tu objetivo.
4. Replantéate los objetivos cada cierto tiempo. Ya sé que cuando hemos invertido tiempo y esfuerzo en una tarea estamos vinculados emocionalmente a esta pero hay ocasiones en que es más inteligente olvidarse de un objetivo, plantearse uno menos ambicioso o simplemente cambiar nuestro plan de acción. Recuerda que nosotros y el mundo a nuestro alrededor cambia, si te aferras a un objetivo que te planteaste en el pasado podrías correr el riesgo de anquilosarte.
5. Recuerda quién eres. Puede parecer una estupidez pero lo cierto es que cuando los objetivos son muy ambiciosos, estos nos consumen haciendo que nos olvidemos hasta de quienes somos. Recuerda que tú no eres tu objetivo, no vales más ni menos en función de ese logro. Por encima de todo, eres una persona que también tiene otras necesidades, aspiraciones y sueños.











Fuentes: Rinconpsicologia-por Jennifer- coachingparatuliderazgo