martes, 12 de noviembre de 2013

Rebeldía infantil

Pautas Efectivas para manejar las Conductas Rebeldes

Educar es una de las tareas más difíciles a las que nos enfrentamos los padres. Y, aunque no existen fórmulas mágicas, sí hay algunas cuestiones clave que tenemos que manejar con soltura. Nunca es pronto para comenzar a educarle.



En algunos casos los niños tienden a hacer berrinches y reaccionan con violentos ataques de ira. Es cierto que a veces suele ser un poco fastidioso hacer caso omiso a esas rabietas pero aunque no lo crea, es el método más efectivo para que todo vuelva a la normalidad.
Es importante explicarles que lo que te molesta es la acción específicamente y que no lo vas a dejar de querer.
La familia es un factor muy importante sociocultural del niño. Esta demostrado que el tipo de disciplina que una familia aplica al niño será el responsable por su conducta agresiva o no.
La rebeldía infantil aparece como característica común en distintas etapas del desarrollo del niño/a es una conducta normal. Los niños y niñas están formando su identidad y tienen la necesidad de afirmación del yo. Esta necesidad está relacionada con la búsqueda de identidad, la cual es necesaria para formar su personalidad.
Por lo tanto no debemos alarmarnos, tenemos que entender que los periodos de rebeldía que se producen a lo largo del desarrollo son algo normal y sano, beneficioso para los pequeños. En todo caso es importante entender estos periodos y conocer unas pautas generales para manejar la rebeldía y contribuir de esta forma al desarrollo de la identidad de los niños y niñas sin que esto suponga graves problemas de conducta.
Dentro de las etapas del desarrollo, son destacados como periodos de aparición de rebeldía, los períodos de los 2 a los 6 años y la etapa de la adolescencia.
Estas son ambas etapas en las que aparece la voluntad propia del niño/a de querer hacer lo que él/ella cree que es lo correcto, se opone a todo, descubre que decir y reafirma su personalidad.
¿Qué podemos hacer?
Es fundamental llegar a un equilibrio, en el que permitamos que los niños y niñas puedan reafirmar su identidad, tomar sus propias decisiones (dentro de lo posible), desarrollando así también su autonomía y responsabilidad,  pero al mismo tiempo evitando generalizar hábitos de malas conductas.
La rebeldía es normal y sana, pero puede desencadenar problemas graves de conducta y faltas de respeto importante. Por ello te proponemos algunas pautas efectivas para manejar las conductas rebeldes de los niños y niñas.
10 Pautas Efectivas para manejar las Conductas Rebeldes de los pequeños
1.    Establece reglas claras, y no dejes que se incumplan nunca, harás que el niño se sienta seguro. Repítele lo que quieres que haga.
2.     No te rías nunca de sus maldades, le transmites el mensaje de que eso está bien y No permitas que levante la voz o que falte al respeto.
3.   Plantéale distintas posibilidades ¿quieres una pera o un zumo? Y cuando le mandes a hacer algo sugiere otra actividad que le agrade (vamos a recoger los juguetes que después vamos al parque)
4.   Evita el castigo y Refuerza siempre las conductas positivas (verbal, beso, caricia). Ante las rabietas demuestra control y calma, no hagas caso a sus rabietas.
5.      Demuéstrale tu amor, explícale que lo que te molesta es la acción pero que no le vas a dejar de querer.
6.     Dale alternativas donde puedan decidir y reafirmarse. Dentro de su desarrollo y capacidades, podemos dejarles que elijan la ropa que quieren ponerse, que escojan sus propios juegos y cuentos, etc. De esta forma les dejamos desarrollar su capacidad de decisión, y permitimos su autoafirmación.
7.   Escúchales cuando se rebelen ante algo. No les impongas sin escucharles, debes darles el mensaje de que su opinión cuenta, y puedes negociar con ellos ciertas cosas, por ejemplo si quieres ver la tele, primero termina los deberes.
8.     No entres en luchas directas con ellos. Entrarás en una discusión sin sentido de la que es difícil salir sin alterarte. Ante momentos de tensión, date un tiempo antes de responder y vuélvele a explicar con calma porque no puede hacer determinadas cosas.
9.     Ten paciencia y comprende que es una etapa normal de su desarrollo.
10. Deja que sean ellos y ellas mismas, pero educa con disciplina, para que no sean demasiado rebeldes, y aumenten su seguridad y autoestima.
Ellos también tienen emociones
A veces pensamos que solo nosotros nos sentimos contrariados y que los niños tienen que estar todo el día felices. Pero también tienen preocupaciones.

Su mundo emocional es igual o más complejo que el nuestro, por eso conviene dar importancia a sus emociones y ser conscientes de ellas. Debemos ayudar a nuestro hijo a poner nombre y apellido a lo que experimenta y siente.



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Cita: "Lo que de raíz se aprende nunca del todo se olvida".  Séneca.

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Fuentes:
chiquimania
serpadres.es/familia
educapeques


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