Una
de las habilidades sociales que ofrece mayor dificultad entre algunas personas es la de saber
disculparse.
Ya en niños pequeños se observa tal
dificultad. No vamos a entrar aquí en las causas que la originan. Como siempre,
al que más le cuesta suele ser al que más le conviene aprender y practicar.
Aprender a disculparnos y pedir perdón es una
importante habilidad que, como todas las habilidades sociales, facilita las
relaciones, y cuya ausencia puede ser motivo de especiales y específicas
dificultades, principalmente en las relaciones de mayor proximidad.
Saber reconocer cómo se siente el otro puede
facilitar su aprendizaje, puesto que nos posibilita reconocer o detectar los
sentimientos y las emociones negativas del interlocutor y nos facilita la
disculpa. Cuando sabemos disculparnos, solemos sentimos bien porque expresamos
nuestros sentimientos, al tiempo que mejoramos nuestras relaciones. Hacemos que
los demás comprendan mejor nuestros sentimientos y aprendemos a reconocer los
sentimientos de los demás, lo cual repercute en una mejor calidad en la
relación con nuestros semejantes.
¿En alguna ocasión te has acercado a una persona con la intención de
disculparte y has terminado enfadado, quizás hasta enzarzado en una pelea? Si te ha sucedido, no te preocupes, no eres
el único. Creo que todos, en alguna oportunidad, hemos tenido una experiencia
similar.
¿Por qué? Simplemente
porque no sabemos disculparnos correctamente.
En la escuela nos han enseñado Matemáticas y
Geografía pero la Inteligencia Emocional es una asignatura
pendiente. De hecho, lo que sabemos, ha sido porque lo hemos
aprendido por ensayo y error. Entonces, ¿cómo disculparse de manera adecuada?
1. Asume tu responsabilidad.
Si has hecho algo mal y
gran parte de la responsabilidad recae sobre tus hombros, no des excusas,
simplemente reconoce tu error. Como probablemente se trata de una persona que
herimos (quizás sin quererlo), es usual que experimente cierto resentimiento o,
al menos, que tenga reservas hacia nosotros. Por eso, comenzar la conversación
reconociendo nuestra cuota de responsabilidad es una excelente estrategia ya
que de esta manera lograremos que baje sus defensas y la predisponemos
positivamente para lo que deseamos decirle.
2. Sé transparente. No inventes excusas, da las razones reales que te
llevaron a actuar de una manera determinada. Puede ser que hayas actuado guiado
por un estereotipo, la verdad no es tan importante cuál fue el error que
cometiste como el hecho de que te des cuenta de él y quieras solucionarlo.
Recuerda que errar es humano, enmendar es de sabios.
3. Utiliza las palabras adecuadas.Cuando vayas a disculparte, no utilices un
lenguaje impersonal, habla siempre en primera persona. Evita frases como “todos
nos equivocamos” o “todo pasa por una razón”. Esta manera de hablar indica que,
en el fondo, no creemos o no aceptamos la responsabilidad de lo ocurrido. Y la
otra persona lo notará. En su lugar, simplemente di que quisieras disculparte
por tu comportamiento.
4. Muestra tus sentimientos.
Puedes hilvanar un
discurso perfecto, digno del mejor orador, pero si no muestras que estás
verdaderamente arrepentido, es probable que no sirva de nada. Ten en cuenta que
nuestra comunicación no verbal dice mucho más que nuestras palabras. Por tanto,
si realmente estás arrepentido, deja fluir tus emociones. El hecho de que la
otra persona las vea no nos hace indignos ni más débiles sino que nos enaltece.
5. Deja la puerta abierta. El hecho de que te disculpes no siempre
implica que la otra persona te perdonará. Quizás todavía guarda un poco de
rencor y necesita tiempo para que la herida sane. Deja la puerta abierta, hazle
saber que la comprendes y que estarás disponible cuando llegue el momento. Finalmente,
dale las gracias por haberte escuchado.
Para reflexionar!!!!!
El primero en pedir disculpas, es el más valiente....
El primero en perdonar es más fuerte....
El primero en olvidar es el más feliz....
rinconpsicologia
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