viernes, 22 de marzo de 2013

Criticas



Lidiar con las Criticas



La diferencia entre la crítica negativa y la crítica destructiva                          
La crítica negativa es esa que está hecha de forma respetuosa con el creador del trabajo objeto de crítica pero en la que se apunta una o una serie de cosas que según el crítico son susceptibles de mejora. Este tipo de crítica suele ir acompañada de argumentos que respaldan las afirmaciones que contiene la crítica.

La crítica destructiva, en cambio, es aquella en la que se falta el respeto al creador del trabajo objeto de crítica y, además, se apunta una o una serie de cosas que según el crítico están mal hechas.  Este tipo de crítica, a diferencia de la anterior, no suele ir acompañada de argumentos sino de meras afirmaciones por parte del crítico.

CÓMO LIDIAR CON CADA TIPO DE CRÍTICA

Pues bien, diferenciadas las dos clases de críticas, hay que decir que tan sólo la primera nos sirve para mejorar nuestro trabajo.

La crítica negativa está hecha con buena fe. La persona que nos la hace quiere que nos demos cuenta de un fallo que según su parecer tiene nuestro trabajo. Es más, nos ayuda a  que lo veamos y, algunas veces, nos sugiere soluciones al problema.

¿Cómo lidiamos con este tipo de críticas? Nosotros, hemos de mostrarnos agradecidos con la gente que nos haga este tipo de críticas pues su aportación nos ayuda a mejorar nuestro trabajo. Ahora bien, agradecerle su crítica no es suficiente. También tendremos que defender nuestra postura mostrándole los argumentos que la respaldan e intentar convencerle de que la razón está de nuestra parte. Es decir, trataremos de convertir una crítica negativa en positiva. En cambio, en el caso de que nosotros sepamos que la otra persona tiene razón tendremos que reconocerle que está en lo cierto y se lo agradeceremos.

La crítica destructiva, en cambio, está hecha con mala fe. Quien la hace tiene mala sangre y lo único que trata de hacer con su crítica es hacer daño y desprestigiar a quien hizo el esfuerzo de crear algo de valor. Esa gente es no vale la pena. No es casualidad que la mayoría de críticas destructivas vengan de personas mediocres que jamás han hecho nada de valor en sus vidas. ¿Qué les empuja a hacer críticas destructivas? Dos cosas: la envidia y el placer con el dolor ajeno. Por lo tanto, la mayoría de las veces que recibamos una crítica destructiva será señal de que algo estamos haciendo bastante bien, pues ya empiezas a salir envidiosos resentidos.

¿Cómo lidiamos con este tipo de críticas? A palabras necias oídos sordos. Exacto, hemos de mostrar una total y absoluta indiferencia frente a tales críticas. Son críticas sin fundamento que lo único que tratan de hacer es dañarnos psicológicamente y ensuciar nuestra buena reputación. Este tipo de crítica es como un dardo envenenado que no hay que dejar que traspase nuestra coraza.

Lo que nunca hay que hacer es responder a una crítica destructiva. “¿Por qué? Yo quiero limpiar mi honor” Sí, lo sé, pero si la respondes lo único que vas a conseguir es empeorar las cosas. Si le respondes iniciarás una guerra de recriminaciones que poco a poco irá subiendo de tono e, inevitablemente, tu imagen se verá afectada. Como ves, nada que ganar y mucho que perder. Así que mejor no respondas y deja que los demás se descalifiquen por ellos mismos.

Se puede convertir a quien hace una crítica negativa para que cambie de idea y haga una positiva. Ahora bien, no se puede convertir a alguien que hace una crítica destructiva. Estos son un caso perdido, así que no gastes ningún esfuerzo en intentarlo.

Las críticas positivas

Las críticas positivas son las que suelen abundar más. Estas críticas, la mayoría de veces, te sirven para ver que estás haciendo las cosas bien y que vas por el buen camino. Ahora bien, hay que ir con mucho ojo con este tipo de críticas pues nos pueden hacer caer en la complacencia. Podemos pensar que nuestro trabajo es el mejor y que no hay que hacer cambios, cuando en realidad nuestro trabajo empeora día a día sin que nos demos cuenta. Por lo tanto, la crítica positiva se agradece pero no se toma en cuenta. Hay que intentar que nos afecte lo menos posible a nuestro ánimo. En una maratón quien va primero nunca frena por recibir aplausos sino que sigue igual que antes, impasible. Nosotros estamos corriendo una maratón. Ganaremos no por hacer un par de sprints más rápido que los demás sino por mantener un buen ritmo durante toda la carrera.

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