miércoles, 19 de noviembre de 2014

DEBATES ACALORADOS, OPINAR, TENER RAZÓN

Aquellos que no saben cómo posar sus opiniones en el hielo no deberían entran en un debate acalorado.



O, como dice el dicho japonés, “lo que tengas que decir, dilo mañana”. Las discusiones y malentendidos que se derivan de seguir los propios impulsos son un germen de estrés de primera magnitud.
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----Las personas en general nos hallamos sometidas al estrés cuando el grado de exigencias que nos demanda el medio en el que nos encontramos sobrepasa a nuestra capacidad de control, lo que puede conducirnos a tener un funcionamiento anómalo, irregular y desorganizado. Por decirlo de un modo más sencillo, el estrés psicológico surge cuando nos encontramos ante circunstancias de exigencia que nos provocan ansiedad y que nos obligan por ello a reaccionar de un modo rápido y decidido para solucionar los problemas, consiguiendo aliviar así dicha ansiedad.----
Los que siempre quieren llevar la razón acaban haciéndose impopulares y acumulan una larga lista de agravios y rencores.
Contra esta fuente evitable de preocupaciones, Richar Carlson recomienda
  • Es mucho mejor fluir inteligentemente con el mundo que luchar contra él.
  • Para una buena comunicación con los demás, cuando hablen evita interrumpirles o acabar sus frases.
  • Cada vez que elijas ser amable antes que llevar la razón, estarás tomando la decisión adecuada.

Al final, si no tratamos de imponer nuestras razones, con el tiempo los demás acaban dándose cuenta de sus propios errores sin que tengamos que desgastarnos en polémicas estériles.

Como dice Nietzsche, hay que dejar enfriar las opiniones en el hielo para hacernos la vida más fácil.
















Fuente: Allan Percy, Nietzsche para estresados.

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