martes, 24 de septiembre de 2013

Trabaja menos y produce más

¿Sueñas con hacer más pequeñas tus jornadas laborales? Los expertos dicen que trabajar mejor no tiene porque significar dedicar más esfuerzo o tiempo.


Incluso, pasar más tiempo con la familia y los amigos o leer un buen libro puede ser muy productivo, ya que recarga energía, alimenta el conocimiento, relaja e inspira, esto estimula la creatividad y nos conduce a tener más iniciativa y compromiso. Debemos valorar más los resultados y no las horas que pasamos en la oficina.
 En nuestra sociedad contemporánea, el trabajo se ha convertido en el valor más preciado, tanto por su traducción en bienestar económico como por el estatus que ha adquirido la categoría de “persona ocupada”. Las herramientas tecnológicas han enfatizado esta condición, ya que estar continuamente conectado a Internet, recibir mensajes, contestarlos en tiempo real y mantener una disponibilidad continua le da al mundo la ilusión de que somos intensamente productivos.
Pero (y siempre hay un pero), "productividad" y "horas de trabajo" no siempre son variables directamente proporcionales.
Las personas que presumen de no dormir, estar siempre al día con la información del momento y trabajar jornadas de hasta 16 horas no sólo ponen en riesgo su salud física y bienestar cotidiano. Además de todo, son menos productivas de lo que piensan. Lo que sucede es que el cerebro necesita diferentes estímulos y condiciones para funcionar al 100%, como lo han comprobado estudios internacionales.
El diario financiero The Economist en los Estados Unidos publicó uno de esos estudios, en el que se revela que las personas más productivas del mundo son los franceses, quienes trabajan “solamente” 40 horas a la semana, e incluso menos. ¿Cómo es posible…? Las trabajan bien.
Concentración y enfoque, las claves
El problema de vivir en la era de la información es que contamos con una enorme cantidad de la misma que, paradójicamente, en su mayor parte es desechable. Aparatos como el teléfono inteligente y las tabletas que nos conectan a Internet nos llenan de alertas de cosas que no necesitamos, pero provocan la apariencia de que hacemos muchas cosas al mismo tiempo.
La leyenda del multitasking (término que se refiere a la habilidad de hacer más de una cosa a la vez) nos dice que debemos ser capaces de responder correos electrónicos, leer los periódicos y escribir un reporte de negocios al mismo tiempo; si no podemos, se supone que no estamos adecuados a nuestro tiempo.
Pero la investigación científica señala que es más valiosa la capacidad de concentrarse que la de enfrentar diversas tareas a la vez. Los expertos recomiendan, por ejemplo, empezar el día eligiendo 3 asuntos que debemos dejar resueltos ese día. Sólo 3, nada más. Si al final de la jornada los hemos terminado, habremos sido más productivos que si empezamos 15 y no terminamos ninguno.
Dejar el mundo exterior afuera
En la oficina o cualquier lugar de trabajo habrá que concentrarse en las actividades que debemos realizar. Es muy importante aprender a no revisar el correo electrónico todo el tiempo, porque eso desvía nuestra atención de lo que tenemos que hacer. La sugerencia de los especialistas es que nos demos 3 o 4 espacios durante el día para abrir el correo, Facebook u otras redes sociales, por un máximo de 15 minutos. Una hora espaciada durante el día es más que suficiente para saber qué pasa a nuestro alrededor sin perder la concentración.
Y sobre todas las cosas, hay que organizar el tiempo de manera que podamos realizar alguna actividad física, al menos, media hora al día. El cerebro necesita del movimiento corporal tanto como de una buena lectura o de una conversación interesante. Alimentarlo con cuotas equilibradas de ejercicio, relaciones humanas y comida saludable es la receta para trabajar menos horas, pero hacerlo mejor.
consejos para manejar mejor tu tiempo.
Tiempo eficiente
La eficiencia no sólo significa llegar a un resultado determinado, también que sea en tiempo oportuno y prudente. Para conseguirla hay que “desear” ser más eficiente. De esta manera encontraremos soluciones diferentes a nuestros problemas cotidianos que nos ahorrarán tiempo y esfuerzo. Busca en internet, pregunta a otras personas cómo hacen ellos, prueba distintos caminos, métodos y herramientas.
Esfuerzos positivos
Céntrate en esfuerzos que den resultados. En muchas ocasiones le dedicamos tiempo a tareas intrascendentes. Aprende a reconocer las tareas productivas y dedícales más atención, tanto en el proceso como en el resultado.
Gestión adecuada
Se realista cuando calcules la duración de las tareas. Mide calidad, cantidad, costo y tiempo; antes y después de cambiar tus métodos para llevarlas a cabo. Controlar estas variables ayuda a comprobar si realmente hemos mejorado en eficiencia.
Objetivos claros
Clarifícate, el primer paso es enfocarte en una meta, principalmente a corto plazo. En segundo lugar hay que analizar los medios de los que dispones y sus alcances. Por último, establece un proceso en el que puedas realizar más tareas que te permitan a su vez, hacer más cosas, con calidad y más tiempo libre.
Cuidado con los malos hábitos
Comienza por las tareas difíciles. La satisfacción de resolverlas te impulsará a continuar. Cuida de no comprometerte a demasiadas cosas, sé realista a la hora de aceptar.
Haz equipo
Confía en tus habilidades pero también apóyate de los demás. Busca ayuda si te rebasan las tareas, no temas hacerlo, tenemos derecho a reclamar y solicitar ayuda.
Lucha por un reconocimiento
Sé honesta, si has trabajado bien merece la pena pedir o negociar ciertas ventajas sobre otros empleados, por el hecho de trabajar bien: incentivos, promoción, reconocimientos, flexibilidad horaria, nuevos proyectos, etc.

Recuerda que la diferencia entre la gente eficiente, productiva y satisfecha de la que no, es la manera en que administran, aprovechan y disfrutan de su tiempo.¡¡¡¡

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