Aquellos que no saben cómo posar sus opiniones en el hielo no deberían
entran en un debate acalorado.
O, como dice el dicho japonés, “lo que tengas que decir, dilo mañana”. Las discusiones
y malentendidos que se derivan de seguir los propios impulsos son un germen de
estrés de primera magnitud.
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----Las personas en general nos hallamos
sometidas al estrés cuando el grado de exigencias que nos demanda el medio en
el que nos encontramos sobrepasa a nuestra capacidad de control, lo que puede
conducirnos a tener un funcionamiento anómalo, irregular y desorganizado. Por
decirlo de un modo más sencillo, el estrés psicológico surge cuando nos
encontramos ante circunstancias de exigencia que nos provocan ansiedad y que
nos obligan por ello a reaccionar de un modo rápido y decidido para solucionar
los problemas, consiguiendo aliviar así dicha ansiedad.----
Los que siempre quieren llevar la razón acaban haciéndose impopulares y
acumulan una larga lista de agravios y rencores.
Contra esta fuente evitable de preocupaciones, Richar Carlson
recomienda
- Es mucho mejor fluir inteligentemente con el mundo que luchar contra él.
- Para una buena comunicación con los demás, cuando hablen evita interrumpirles o acabar sus frases.
- Cada vez que elijas ser amable antes que llevar la razón, estarás tomando la decisión adecuada.
Al final, si no tratamos de imponer nuestras razones, con el tiempo los
demás acaban dándose cuenta de sus propios errores sin que tengamos que
desgastarnos en polémicas estériles.
Como dice Nietzsche, hay que dejar enfriar las opiniones en el hielo para
hacernos la vida más fácil.
Fuente: Allan Percy, Nietzsche para
estresados.
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