Debemos mirarles siempre a
los ojos y ofrecerle pautas claras y concisas.
Las palabras y los gestos son
claves para hablar con los niños.
Alcanzar una buena
comunicación con los pequeños puede resultar, sin embargo, difícil.
Por eso, aunque cada niño es
distinto, y el contacto requiere reglas particulares, conviene tener en cuenta
algunas pautas en el momento del diálogo, como ser concretos, claros y
simples, asegurarse de que el pequeño escucha, evitar las amenazas y
escucharle con atención.
Puede resultar difícil establecer
los canales del diálogo para expresar de la manera más adecuada lo que se
quiere decir.
Además, la comunicación no está
constituida solo por palabras, sino también por la expresión corporal: miradas,
sonrisas, gestos, abrazos, silencios.
Todo esto se debe tener en cuenta
al procurar mejorar la comunicación. Por supuesto, cada persona es diferente, de
ahí que las distintas técnicas deban adecuarse a cada niño y, en
particular, a la relación que el padre o la madre establecen con su hijo.
A continuación, se muestran unos consejos
para lograr una mejor comunicación con los pequeños.
Mensajes concretos y sencillos
El niño piensa de un modo más concreto y menos abstracto que el adulto
"A veces se nos olvida que
nuestros hijos, sobre todo si son pequeños, tienen un tipo de pensamiento muy
concreto, mientras que los adultos tendemos a expresarnos con términos más
vagos y abstractos
"Les decimos 'pórtate bien', en lugar de 'no tires la comida al
suelo', que es más
concreto".
El adulto tiende a no marcar los
objetivos de una forma clara. "Se nos olvida transmitir nuestras
expectativas en un lenguaje que ellos puedan entender".
Asegurate de que escucha
Es necesario mirarles a los ojos mientras
se le habla y tomarse unos segundos para saber que ha entendido. Si está haciendo
algo, lo aconsejable es llamarle por su nombre y esperar a que mire al mayor
que le habla. De este modo, se ahorra tiempo, se evita tener que repetir un
mensaje y, sobre todo, se previenen frustraciones.
Pedir las cosas de una forma
simple y concisa
L@s niñ@s suelen esforzarse para
llevar a cabo una orden que reciben. "Sin embargo, es difícil para ellos
recordar una serie de pedidos, de modo que los adultos que mejor se comunican
con ellos son quienes les hacen pedidos sencillos".
Ser amable y correcto al hablar
L@s niñ@s aprenden sobre todo con
el ejemplo. Las palabras amables les hacen sentir bien y les enseñan
cómo se debe hablar. Mientras que las palabras bruscas, además de hacerles
sentir mal, forjan en ellos ese mismo carácter y les predisponen
a comportamientos similares. Expresiones como "por favor" y
"gracias" se incorporan de manera natural a su vocabulario,
si forma parte del trato que ellos mismos reciben.
Detallar las consecuencias de sus
actos
Explicar el porqué evita que el
pequeño crea que nuestras decisiones son arbitrarias
Esto es importante al momento de
pedir al niño que haga algo o, por el contrario, de solicitarle que no haga. Si
el niño no recibe ninguna explicación, la decisión le puede parecer arbitraria
y generarle deseos de desobedecer. En cambio, cuando se le explica que "si
hace esto, sucederá aquello", sabrá el porqué y podrá entender lo
bueno y lo malo de su conducta.
Dar oportunidades y no amenazar
Una consecuencia no es una
amenaza, "una amenaza es algo que posiblemente no voy a cumplir, y eso lo
sé yo y lo sabe mi hijo, por lo que no lo tomará en serio".
Una consecuencia, sin embargo, es
algo que tanto el adulto como el niño saben que sucederá si actúa de una
determinada manera.
Darle la posibilidad de
recapacitar
Puede ser útil contar hasta un
número determinado (siempre el mismo), de manera que el pequeño sepa que
cuenta con ese tiempo para pensar, recapacitar y cambiar de actitud.
Ponerse al nivel de sus ojos
Mirarle a los ojos y tomarse unos
segundos para saber que ha entendido es importante.
Siempre que sea posible, es muy
bueno que el padre o la madre sitúen su mirada al mismo nivel que la del niño,
para hablar con él. Esto es porque el contacto visual mejora la comunicación
y, de esa forma, el pequeño podrá sentirse más cerca y empatizar mejor
Gratificar al niño cuando se
porta bien
Sobre todo, si ha cumplido con
algo que no le apeteciera demasiado hacer. Por supuesto, no se habla de gratificaciones
materiales (aunque también podría ser en situaciones puntuales). Consiste, más
bien, en ofrecerle felicitaciones, gestos de aprobación y cariño, como
pueden ser una sonrisa, una caricia o un abrazo.
Por el contrario, en caso de
que el pequeño no obedezca o no cumpla, se debe producir la consecuencia de la
que se ha advertido. Esto último es importante, puesto que, de no ser así,
lo que se reforzará es la conducta de desobediencia y esta será
más probable en el futuro.
Escuchar con atención
Los niños necesitan sentirse
escuchados, poder compartir con los mayores sus descubrimientos, sus ideas y
sus historias. Además, hablar les sirve para conocerse a sí mismos.
Los padres deben tratar de
prestar atención. Pero, en caso de que no puedan, es un grave error fingir que
se escucha: si el pequeño descubre que ha sido víctima de un engaño (y no es
difícil que esto ocurra) puede llevarse una gran decepción.
Les propongo
además las siguientes estrategias que de seguro les van ayudar:
Cambiar NO HAGAS por HAZ
(Diga a los niños qué es lo que pueden hacer)
NO HAGAS: HAZ:
No corras en la tienda. Ve
despacio
No me grites. Habla más bajito
No hables con la boca llena Traga
y di
No dibujes en la mesa Dibuja en esta página.
USE ABRIDORES DE PUERTAS
Los abridores de puertas son invitaciones a decir más, a
compartir ideas y sentimientos, los cuales dicen a los niños que usted
realmente está escuchando y que pone interés. Asimismo, los abridores de
puertas dicen a los niños que sus ideas son importantes y que son aceptados y
respetados por lo que están diciendo.
EJEMPLOS:
·
Ya veo .. Oh .. Mm hmm ...
·
¿Qué te parece si ...?
·
Realmente? ....
·
Cuéntame más ....
·
Dilo otra vez.
·
Quiero estar segura de haberte entendido.
.... ¨
·
De veras?...
·
Qué interesante.
Fuentes: consumer
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