viernes, 23 de mayo de 2014

Preguntas inadecuadas o indiscretas

Qué hacer ante una pregunta inadecuada o indiscreta





Estás cenando con unos amigos y, de repente, alguien te suelta una pregunta indiscreta, ruda o inadecuada. La comida se te queda trabada en la garganta, le miras y te preguntas cómo es posible que haya dicho tal cosa. Creo que es una situación bastante común por la que todos hemos pasado. ¿Por qué las personas hacen este tipo de preguntas? Y lo que es aún más importante, ¿cómo responderles?
Rebuscando en las causas que originan las preguntas inadecuadas
Una de las razones más evidentes por las cuales las personas hacen preguntas inadecuadas o rudas es que no se dan cuenta de ello. Por muy extraño que nos parezca, hay gente que no tiene mucha sensibilidad social y pueden sacarse preguntas debajo de la manga que están bastante fuera de lugar. Estas personas no se caracterizan precisamente por su empatía y no se dan cuenta de que sus comentarios o preguntas pueden herir tu susceptibilidad.
Otra posibilidad es que no compartan tus mismos valores. Por ejemplo, hay personas para las cuales hablar de sexo con desconocidos es algo perfectamente normal pero hay otras
que consideran este tema un tabú. Si la otra persona no te conoce bien y no sabe cuáles son tus temas tabú, es probable que te lance una pregunta que consideras indiscreta o inadecuada.
Otra razón implica una postura de rebeldía. Es decir, la pregunta en realidad no es importante porque ha sido realizada con el único objetivo de decirte que comprende a la perfección lo que consideras socialmente aceptable pero no le interesa. En estos casos, se trata de un desafío.
Otro motivo es el simple enfado, ira u hostilidad hacia ti; sentimientos que pueden ser conscientes o inconscientes. Un ejemplo clásico es cuando tu pareja se siente celosa y te lanza preguntas rudas o inadecuadas delante de los demás. O cuando una persona siente envidia e intenta hacerte quedar mal. 
Finalmente, otro motivo que puede generar una pregunta inadecuada o ruda descansa en el mecanismo de identificación con el agresor. Es decir, la persona en vez de sentir simpatía con la víctima, se alía con el agresor y asume su postura. Como ella misma ha sido víctima en algún momento, asume el papel del agresor con los demás y les lanza estas preguntas que los pone en una posición incómoda. Obviamente, se trata de una actitud que se asume de manera inconsciente.
¿Qué hacer?
1. Mantén tus reacciones bajo control. Es normal mostrar un poco de sorpresa porque normalmente estas preguntas nos toman desprevenidos pero intenta controlar tus emociones porque mostrarte nervioso o avergonzado solo servirá para añadir una tensión innecesaria al asunto.
2. Tómate unos segundos para pensar lo que vas a responder. No te apresures en dar una respuesta, tómate tu tiempo para pensar qué vas a decir y si quieres responder a la pregunta. Recuerda que no estamos obligados a dar una respuesta. 
3. Sé honest@. La mentira nunca es buena consejera. Si vas a responder, di la verdad. Si no lo vas a hacer, simplemente sonríe y di algo como: "prefiero no responder a eso". No obstante, lo mejor es buscar alguna salida divertida, esto relaja las tensiones y ahoga la pregunta entre risas.

LA CLAVE PRINCIPAL:
La persona que se comunica asertivamente expresa con claridad lo que piensa, siente o necesita, teniendo en cuenta los derechos, sentimientos y valores de sus interlocutores.
Para esto, al comunicarse da a conocer y hace valer sus opiniones, derechos, sentimientos y necesidades, respetando las de las demás personas.
La comunicación asertiva se fundamenta en el derecho inalienable de todo ser humano a expresarse, a afirmar su ser y a establecer límites en las relaciones sociales.


Algunas frases célebres sobre comunicación:
“Lo más importante en la comunicación es escuchar lo que no se dice”. (Peter Drucker) 

“Cuando la gente habla, escucha por completo. La mayoría de la gente nunca escucha”. (Ernest Hemingway)

“El mayor problema en la comunicación es la ilusión de que se ha logrado”. (George Bernard Shaw) 

“Dame el don de un corazón que escucha”.  (El rey Salomón) 

“Las cosas más importantes son los más difíciles de decir, porque las palabras en lugar de reducirlas”. (Stephen King) 

























Fuente: rinconpsicologia.com. .Jennifer delgado.

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