miércoles, 27 de febrero de 2013

COMUNICACIÓN PADRE-HIJOS

Las palabras de aprecio (lenguaje nº 1) brotan fácilmente cuando el niño es muy pequeño y día a día nos maravilla con sus avances. Pero la comunicación entre un adulto y un niño puede empobrecerse rápidamente y de forma radical a poco que nos descuidemos.
¿Le suena este diálogo con su hijo?
Ejemplo:
- ¿Qué tal ha ido el día?
NIÑO:Bien

- ¿Te gusta tu profesor de este año?
NIÑO: No está mal.

- ¿Has hecho nuevos amigos?
NIÑO: Sí

- ¿Son simpáticos?
NIÑO: ¡Sí!

- Pronto llegan las vacaciones. ¿Estás contento?
NIÑO: ¡Pues sí!

- ¿Sigues jugando al fútbol?
NIÑO: Sí
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Esta manera de "comunicarse" con su hijo obviamente es catastrófica a largo plazo, ya que se trata de una falsa comunicación. El niño no descubre ni aprende nada, ni el adulto tampoco. No hay intercambio, no hay enriquecimiento mutuo, no se transmite ninguna emoción. No hay una comunicación que vaya construyendo la relación. 

 Una manera mucho más eficaz para iniciar una conversación con un niño, incluso si es muy pequeño, es compartiendo de forma sencilla, y por supuesto con sensibilidad, cosas interesantes de su propia vida.

Ejemplo: ----“Hola Antonio/Ana, ¿qué tal te ha ido el día? Yo he llegado tarde al trabajo esta mañana porque había un accidente terrible en la carretera (bla, bla, bla...)”. “En la oficina, me llamó un cliente que estaba furioso: le habían entregado una planta tropical en vez de un taladro eléctrico (bla, bla, bla...)”.

Verá que el niño no se pierde una palabra de las "aventuras" que usted le cuenta y, muy probablemente, cuando usted termine su relato, su hijo se pondrá espontáneamente a hablar de cosas que son importantes para él, sin que usted tenga que tirarle de la lengua.


En cuanto al tiempo de calidad (lenguaje nº 2), puede consistir en participar en algún juego que al niño le guste especialmente, incluso simplemente en salir a hacer algo con él. Pero la forma más eficaz es dedicarle un poco de tiempo (y de reflexión) y hacerle descubrir algo importante de su vida, por ejemplo, de su trabajo.

Hay demasiados niños que no saben en qué consiste realmente la profesión de sus padres. No obstante, aun cuando su actividad sea particularmente difícil de entender para un niño (director de proyectos de marketing, por ejemplo), reflexione y se dará cuenta de que hay muchas pequeñas tareas que usted realiza como parte de su trabajo y que un niño puede comprender perfectamente. Tomarse el tiempo de introducir a un niño en esta parte de su vida es una manera fantástica de ayudarle a crecer.
Cándida Rodríguez Ferro. febrero 2013

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