viernes, 13 de diciembre de 2013

Ayudar a un amigo o familiar con depresión


Importante: No debemos alimentar sus quejas o fomentar discursos negativos.



La depresión
Es uno de los trastornos psicológicos más limitantes y de mayor incidencia en la población occidental. Una de cada cinco personas sufrirá una depresión a lo largo de su vida.
Sus causas son muy variadas, y hoy en día se cuenta con tratamientos bastante eficaces. Como en casi todo trastorno, existen unos factores personales y de estilo de vida que favorecen su aparición, por lo que podemos trabajar en su prevención.
¿Cómo ayudar?
Si queremos ayudar a alguien con depresión lo primero es, comprender a la otra persona.
«En psicología utilizamos la palabra empatizar, que significa ponerse en el lugar del otro, poder mirar el mundo desde los ojos de la otra persona.
Las personas con una mayor capacidad de empatía son las que mejor saben "leer" a los demás. Son capaces de captar una gran cantidad de información sobre la otra persona a partir de su lenguaje no verbal, sus palabras, el tono de su voz, su postura, su expresión facial, etc. Y en base a esa información, pueden saber lo que está pasando dentro de ellas, lo que están sintiendo. Además, dado que los sentimientos y emociones son a menudo un reflejo del pensamiento, son capaces de deducir también lo que esa persona puede estar pensando.
Ello nos ayuda a tener una mayor sensibilidad hacia el deprimido y poder dirigirnos a él, con el respeto y la amabilidad necesaria para que nuestra compañía resulte agradable y, por tanto, se muestre receptivo a nuestras posibles sugerencias», explica. Otra cuestión muy importante es «reconocer que no somos terapeutas profesionales y que, por tanto, no ostentamos un papel decisivo en su recuperación. Aceptar este hecho nos puede ayudar para no frustranos más de lo necesario».
En ocasiones los familiares cercanos se irritan con la persona deprimida porque no responde a sus expectativas, «estos enfados suelen agravar los sentimientos de menosprecio y de culpabilidad del deprimido. Es importante asumir que es complicado remontar una depresión y que ello no es debido a la falta de voluntad del deprimido, sino a la propia depresión que, entre otras cosas, anula la voluntad de la persona».
No obstante, esto no implica que debamos complacer en todo a la persona deprimida. «No es bueno alimentar sus quejas o fomentar discursos negativos». Es más, «frente a ello, convendría que retiráramos nuestra atención de manera que no premiáramos con nuestra escucha su visión negativa de las cosas».
«También podemos desviar sutilmente la conversación hacia otros temas».
¿Cómo? «Podemos emplear frases del tipo: "No creo que sea bueno para ti conversar sobre temas que te producen malestar", o "entiendo que en tu situación veas todo tan negativo pero creo que no es bueno que yo lo alimente, así que si te parece podemos hablar de otros temas, por ejemplo... un centro de belleza que han abierto a la vuelta de la esquina. Podríamos pasar por allí, ¿crees que te gustaría?"». En este sentido, y siempre de manera tranquila, «podemos dar una visión más serena y realista sobre las circunstancias que le preocupan. «Pero tendremos que intentar que no sea vivido como un reproche hacia ellos, así como evitar la confrontación».
Es bueno que contribuyamos a que la persona realice actividades, especialmente gratificantes. «Eso sí, teniendo en cuenta que la persona deprimida no está en buena disposición para llevar a cabo actividades, conviene que nuestras peticiones o sugerencias no suenen a imposición».


Es muy importante, puesto que los procesos son lentos, reforzar pequeñas mejorías. «Por ejemplo, si observamos que ha pasado una tarde sin las quejas habituales, o que ha hecho el esfuerzo de arreglarse un día, podemos hacer un comentario positivo, darle un beso, llevarle flores... en definitiva, mostrar nuestra satisfacción de manera que la persona lo aprecie».
«Hacer sentir bien a la persona deprimida, cuando ha mostrado alguna pequeña mejoría es la mejor forma de recompensar sus esfuerzos y contribuir a mantenerlos».
Tener en cuenta!!

Apoyo y protección
El ayudar a una persona deprimida significa gastar energía propia y puede llegar a ser algo muy desgastante.
Por tanto es muy importante protegerse a si mismo. La persona deprimida tiende a apropiarse de la actitud positiva del que la consuela, y eso hace que esa persona se desgaste psíquicamente.
Es muy importante aprender a protegerse de ese contagio. Hay que escuchar la persona deprimida pero no retener ninguno de los pensamientos negativos en la mente.

Fortalecerse emocionalmente

Lo más importante es fortalecerse emocionalmente y no dudar de la capacidad de escuchar
para poder ayudar a la persona.
Esta persona podría utilizar al que lo aconseja como su chivo expiatorio.
Si esta persona sabe que el que lo está escuchando establecerá límites de protección, la persona deprimida se sentirá más responsable para ayudarse a el mismo.

Ayudar a una persona deprimida es algo muy agotador a nivel moral y psíquico.








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